Mis queridas Guachitas, ¿Qué tal? He vuelto a las pistas
post matrimonio y ajetreo trabajistico. Y hoy quiero hablarles de algo que a mí
me tiene hace rato enganchada: el Pole Dance.
El año pasado, más o menos Septiembre, empecé en clases de Pole
Dance de pura chiripa. Una chica publicó en un grupo de FB si a alguien le
interesaba tomar clases y obvio yo pregunté donde era y cuanto costaba. Debo
mencionar acá que grande fue la sorpresa para todas que 200 y algo personas
contestaran a esa publicación pues a muchas les interesaba. Luego de saber
lugar y valor, me dispuse a tomar clases intensivas los sábados (2 horas) y de
una hora el martes de 8:30 a 9:30 de la noche.
Mi primera clase guachitas fue intensa, llegue a mi casa con
brazos y piernas temblorosas, estuve 3 días con dolor muscular. Era tanto el
dolor que el señor M me tenía que lavar o secar el pelo porque yo no era capaz
de levantar los brazos. Con el tiempo y más clases ese dolor pasó y el cuerpo
se acostumbró y mis ganas de caño seguían.
Mi profe, además de ser seca y simpática, era ruda para el
pole, siempre nos daba ánimos y poco a poco iba recordándonos las cosas que no
podíamos hacer antes y cómo las lográbamos en el minuto, además de hacernos
bolsas en las clases con ejercicios de calentamiento y luego la práctica. Yo
cuando empecé, pensaba: no me voy a poder ni cagando mi cuerpo. Cuando pude
hacer algunos giros, subirme, mantenerme y soltarme de una mano incluso, decía:
soy la Queen del caño (hasta que veía a mi profe hacer alguna pirueta) jajaja.
Cuando llegó Diciembre y teníamos presentación estábamos
todas heavy metal estresadas porque nuestras familias verían lo que habíamos
aprendido, pero también estábamos tristes porque nuestra profe se iba para los
estados unidos y nosotras nos quedaríamos sin caño y pegadas en el nivel 3. Así
que mí amado señor M me regaló un caño y lo instaló en la entrada de la casa
donde pudiera girar sin golpear nada.
Reconozco que previo al matri no practique nada, pero ahora
sí y sobre todo porque me compré una cera adherente al caño que me deja
terrible pega y puedo hacer lo que sea. Anoche pude, de una pasada,
engancharme, extender mis piernas hacia adelante y atrás sin tener que urgirme
porque me resbalaba, ahora voy por una colchoneta para poder invertir sin miedo
a la caída.
Lo que llama la atención del Pole es que uno lo ve como
baile sensual, una oportunidad de aprender, pasarlo bkn y de sudar la gota para
lograr los giros, pero una sabe que es un deporte y no para ponerte a bailar
como striptease por las noches (más que a tu pareja jajaja). Pero cuando yo
contaba que estaba bailando el caño mucha MUJER me miro con prejuicio porque
pensaba que quería terminar en un night club, incluida mi madre y chicas de mi
edad. Yo creo que nadie que me ha visto bailar el caño puede decir que soy una
bataclana porque me veo más como una masa sudorosa y roja jajajaj.
En fin, ahora asumo que practico pole dance y no me da
vergüenza decirlo (porque ahora soy un poco mejor que cuando empecé jejeje)
pero también porque me da lo mismo que piensen que es baila de mujer de la
noshee, porque pucha que hay que tener harto valor para poder hacerlo.
Y ustedes mis guachitas ¿practican algún deporte difícil de
contar? ¿Les tincaría hacer Pole Dance? Comenten y motívense que no hay
guachita carnuda más happy que la que hace lo que quiere. Les dejo un regalo de
una guachita carnuda seca para el Pole Dance.
https://www.youtube.com/watch?v=nml4x_cwfFY
Reina M
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